100 millones de razones para preguntarnos qué ha hecho Tebas
Lo ha contado Fabrizio Romano, la voz más autorizada del mercado de fichajes: El Sunderland, recién ascendido a la Premier League, ha superado ya los 100 millones de euros en fichajes este verano. Su última incorporación, Armand Laurienté, llega del Sassuolo por 20 millones. Una cifra que, por sí sola, sería inalcanzable para cualquier ascendido a LaLiga. Aquí, en la liga de Tebas, eso no es solo impensable. Es ciencia ficción.
¿Qué está pasando? ¿Cómo puede un equipo que viene de Championship gastarse en un mes lo que tres clubes españoles no pueden juntar en un verano entero? Y sobre todo, ¿por qué miramos al Reino Unido con resignación, como si fuera inevitable?
La respuesta es sencilla y dolorosa: la Premier League funciona y LaLiga, no. O al menos, no para todos.
En Inglaterra, los derechos televisivos se reparten con lógica competitiva. Los equipos tienen ingresos altos, constantes y saben con qué margen cuentan. El fair play financiero, aunque existe, es más flexible, no ahoga. Premia el crecimiento. En España, el control financiero se ha convertido en un muro más que en una guía. Los clubes pequeños no pueden fichar. Solo pueden rezar. Y eso, en una competición que presume de igualdad, es casi irónico.
La respuesta es sencilla y dolorosa: la Premier League funciona y LaLiga, no. O al menos, no para todos.
En Inglaterra, los derechos televisivos se reparten con lógica competitiva. Los equipos tienen ingresos altos, constantes y saben con qué margen cuentan. El fair play financiero, aunque existe, es más flexible, no ahoga. Premia el crecimiento. En España, el control financiero se ha convertido en un muro más que en una guía. Los clubes pequeños no pueden fichar. Solo pueden rezar. Y eso, en una competición que presume de igualdad, es casi irónico.
Miremos al espejo. Esta temporada, Real Oviedo, Levante y Elche han regresado a primera. ¿Alguien cree que alguno de ellos alcanzará los 20 millones en gasto total? Ni siquiera sumando cesiones, variables y favores de última hora. El año pasado pasó lo mismo: Valladolid, Leganés y Espanyol subieron a primera con ilusión... y, a excepción del equipo de Barcelona, bajaron sin haber podido reforzarse de verdad. No por mala planificación, sino por una estructura que no les deja competir.
Mientras tanto, solo un par de elegidos se mueven con soltura: el Real Madrid, que este verano ya ha incorporado a Álvaro Carreras, Alexander-Arnold, Mastantuono y Huijsen; y el Atlético de Madrid, que lleva dos veranos haciendo fichajes de alto nivel, como Julián Álvarez o Álex Baena. El resto, entre ellos el Barcelona, hace lo que puede. Joan García ha costado 25 millones, sí, pero ha sido el único desembolso un poco más reseñable. El sueco Roony Bardghji llegó por apenas dos millones y medio. Y ayer mismamente, Marcus Rashford ha aterrizado cedido con opción de compra —después de la negativa de Nico Williams tras no tener la garantía de ser inscrito—. Todos nombres interesantes, sí. Pero si esto lo hiciera el Sunderland, ni nos sorprenderíamos.
Y aquí está el fondo del problema: nos hemos acostumbrado a ver cómo los recién ascendidos ingleses superan en poder económico a casi toda nuestra liga. Y lo peor no es la resignación. Lo peor es que desde la presidencia de LaLiga se sigue hablando de "estabilidad", "control" y "modelo de éxito".
¿Éxito para quién? ¿Para qué?
El campeonato español ha dejado de ser competitivo para la mayoría. No por falta de talento, sino por la falta de recursos. Javier Tebas ha convertido LaLiga en un espacio de supervivencia para los humildes, mientras los gigantes sobreviven gracias a su nombre e historia. Y aún así, algunos —como el Barça— tienen que reinventarse cada verano para no colapsar.
Y aquí está el fondo del problema: nos hemos acostumbrado a ver cómo los recién ascendidos ingleses superan en poder económico a casi toda nuestra liga. Y lo peor no es la resignación. Lo peor es que desde la presidencia de LaLiga se sigue hablando de "estabilidad", "control" y "modelo de éxito".
¿Éxito para quién? ¿Para qué?
El campeonato español ha dejado de ser competitivo para la mayoría. No por falta de talento, sino por la falta de recursos. Javier Tebas ha convertido LaLiga en un espacio de supervivencia para los humildes, mientras los gigantes sobreviven gracias a su nombre e historia. Y aún así, algunos —como el Barça— tienen que reinventarse cada verano para no colapsar.
El Sunderland gasta, Crece. Se atreve. Aquí, los que suben cruzan los dedos para no volver a caer. La diferencia no es solo de dinero. Es de ambición. De visión. De liderazgo.
Y si hoy un club inglés recién ascendido puede permitirse fichar por 20 millones sin pestañear, mientras aquí eso es lujo reservado a dos o tres elegidos, tal vez la pregunta no es qué ha hecho el Sunderland.
La pregunta es qué hemos hecho nosotros.
Y si hoy un club inglés recién ascendido puede permitirse fichar por 20 millones sin pestañear, mientras aquí eso es lujo reservado a dos o tres elegidos, tal vez la pregunta no es qué ha hecho el Sunderland.
La pregunta es qué hemos hecho nosotros.
Tweet de Fabrizio Romano anunciando el fichaje de Laurienté por el Sunderland
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